Y al final el sueño me
llevó a un mundo de filosofía down... allí contemplé la bella
existencia de lo que nunca hubiese imaginado, las mentes y el
conocimiento un tanto peculiares que enmascaran la moral de una gran
verdad.
Todos hemos visto o
conocido alguna vez, alguien con síndrome de down. Todos hemos
escuchado, leído o estudiado alguna vez, que se trata de un
trastorno genético causado por la presencia de una copia extra o
parte del cromosoma 21, denominado también trisomía del par 21.
Dejando de lado los
tecnicismos que caracterizan este tipo de discapacidad cognitiva,
quiero sumergirme en un mundo tan especial, como las personas que lo
forman.
Para que todos nos
entendamos, la persona con síndrome de down adquiere una maduración
cognitiva aproximada de un niño con 6 ó 7 años de edad, en cambio
su cuerpo sí se transforma en una persona adolescente, luego adulta
y cada vez más, llega hasta a la vejez, ¡vaya cóctel!
No se trata de entender
esto como la película “Big” protagonizada por Tom Hanks. Las
personas con síndrome de down no son niños encerrados en un cuerpo
de hombre, son personas adultas con las necesidades propias:
sociales, fisiológicas básicas, de desarrollo personal, autoestima,
vivienda, éxito, amor, aceptación, seguridad... y un tan largo
etcétera como la vida misma! Cada uno de estos
aspectos es fundamental para una integración lo más completa
posible, ¿por dónde empezar?
Aunque parezca misión
imposible, las personas con síndrome
de down también tienen su plan de vida y lo ideal es empezar a
construirlo desde el nacimiento. Aquí entra en
juego la amplia labor profesional de educadores y especialistas en
cada área, que convierten los aprendizajes en logros y cada logro,
en un paso más hacia el bienestar y la calidad de vida, tanto de las
personas con síndrome de down como sus familiares y amigos. Ahora no
voy a entrar en detalle sobre el papel que ejerce la familia en esta
situación, pero sí mencionar que son la mayor fuente de influencia
como en cualquier otra familia con hijos sin discapacidad
intelectual.
Lo cierto es que sus
características les
convierten en personas “únicas”, ¿quieres conocerlas? Te las
presento... ellos te lo explicarán mejor que yo...